sábado, 19 de marzo de 2011

la llegada.

El sol hacía brillar el agua del estanque, miles de destellos vagaban por la claridad del agua, las flores se unian en una preciosa armonía en cada susurro que dedicaban al viento otorgandole su belleza, exploré el cielo un momento, despejado y azul, inmensamente azul, la suave brisa traía olores y sensaciones diferentes para resultar la creación de un sitio encantador. me acerqué a unas rocas que daban forma al estanque y me senté cuidadosamente en una de ellas, cerré los ojos, sentí el frescor del agua en mis pies descalzos, la caricia del viento en mi rostro, fijé mis ojos en aquel sol que se ocultaba, timido, entre las montañas, y dejé a mi mente volar hacía donde quisiese.

1 comentario:

  1. Eso siempre funciona, dejar vagar la mente por los recónditos de nuestro ser es lo mejor para sentirse bien,. Aveces.
    Bueno, enfin, que ya sabes que creo que eres una gran escritora, que haces que al leer tus palabras me adentre en ese mundo que creas.
    Y que sigas con este blog, aunque sea de tanto en tanto, porque a mi me va muy bien cuando necessito expressar algo, o cuando simplemente estoy aburrida una tarde de domingo :)
    Eh...¿que más?...Ah, que me he comprado un gorro:D
    Un beso!

    Mery.

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